¿Qué encuentra?. se pregunta, mientras mira por el vidrio del autobús, a la calle, hacia el movimiento, hacia aquellos seres que ni siquiera se sospechan observados. Rostros, rostros, movimientos, huidas, acechos, miedos, aletargo, ojos desesperados, ojos fundidos en el recuerdo, en el futuro, en el deseo, en el ahora y nunca.
De repente, sonrisas tímidas caminatas, alegres correteos, adolescentes juguetones, coqueteos
¿Por qué mirarlos? Tan predecibles, se esfuerzan en esconder lo imposible, ¿Pero imposible para quién? ¿Para aquel que esta caminando con ellos?, ¿para la persona que esta a su lado?, ¿para los amigos? ¿para el ser amado?. ¿Para sí mismos?
Yo lo veo, y veo tantas cosas desde la ventana, que me parecen obvias, que se miran sin mirar, que están allí. Pero para mí, que he aprendido a mirar más allá, en el gesto, en el cuerpo, en la mirada fija o huidiza, en el ocultar y fabricar, en el mostrar y el develar…. lo se, porque lo encuentro, en lo que no se ve al mirar.
Talvez otra de mí misma que estuviera dentro, no lo vería; pero aunque este adentro siempre me detengo a sentir desde otro lugar.
Espacio de sensaciones, de vibraciones, de energías, de instintos de lobo y hasta de interpretaciones clínicas, las ultimas se me han venido convirtiendo en reflexiones existenciales, espejos y desconciertos, dudas y algunas certezas, locuras de viento y manicomio, espontaneidad de niño e impulso animal, nostalgia de recuerdo y un cierto destello de mar